Programa de Cooperación Delegada de la Unión Europea y la Cooperación Española 

Aecid y Unión Europea, pioneras en la Costa Sur

La Costa Sur vive bajo el espejismo de ser un territorio donde abunda el trabajo y la riqueza, lo cual es parcialmente cierto, pues existen grandes extensiones de monocultivo de palma, caña y hule y la presencia de agroindustrias de gran calado que ocupan mano de obra de toda la región. Sin embargo, esto oculta realidades como la pobreza y pobreza extrema en la mayor parte de la población; explotación laboral y trabajo infantil; trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual; altos índices de violencia y delitos contra las mujeres, niñez y adolescencia e impunidad; falta de acción institucional como garantes de derechos; una débil e intermitente acción de ONG nacionales y la práctica ausencia de la cooperación internacional.

A través del Programa Prevención de la Violencia y el Delito contra Mujeres, Niñez y Adolescencia (PREVI), la Cooperación Española y la Unión Europea se han convertido en los actores de la cooperación internacional más relevantes en la Costa Sur en materia de derechos humanos y contribución al logro del ODS 5. Esto hizo posible que ONGs con trayectoria y reconocimiento como Fundación Sobrevivientes (FS), el Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH) y Care Guatemala y otras como UDEFEGUA, incursionaran en esta región de manera más sostenida y con un amplio trabajo territorial, abriendo una oportunidad para atraer apoyos de la institucionalidad y de otros actores de la Cooperación Internacional que fortalezcan el tejido de organizaciones y procesos que dejará instalado el PREVI.

Igualmente, el programa ha promovido el fortalecimiento institucional para la prevención de la violencia contra las mujeres, a través de una alianza con la Secretaría Ejecutiva de la Instancia Coordinadora de Modernización del Sector Justicia para mejorar la atención con calidad y calidez en la prestación de servicios como garante de los derechos de mujeres y niñas.

Por otra parte, nos aliamos con la Municipalidad de Guatemala, para promover espacios públicos libres de acoso y violencia contra las mujeres y acciones de formación para el emprendimiento y autonomía económica de las mujeres, como estrategia de prevención de las violencias y recuperación de sus proyectos de vida.

Impactos del componente de sociedad civil del PREVI en los territorios

Al haber transcurrido cerca de 4 años de implementación del Programa PREVI en la Costa Sur, con los desafíos que ello implicó a nivel de gestión, la debilidad estructural de las instituciones y una pandemia que afectó la implementación en los territorios, el componente de sociedad civil implementado por Fundación Sobrevivientes -FS, Care Guatemala, CALDH y el lnstituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG) ha logrado impactos positivos y evidenciables a nivel de vidas, organizaciones de base e incidencia institucional, resultados tempranos pero que tienen vocación de permanencia, en un territorio con altos niveles de violencia machista y conflictividad social, debilidad institucional y ausencia de la cooperación internacional.  

De ello dan cuenta los testimonios de representantes de organizaciones sociales y, especialmente, de las niñas y mujeres sobrevivientes de violencia que participaron los diversos procesos del PREVI y que, en sus palabras, “el proyecto nos cambió la vida”. 

Si no hubiera encontrado el proyecto, no sé si estuviera aquí (frase de Doña Dora Artola, de organización comunitaria Las Luciérnagas, en Retalhuleu).

El programa PREVI desde el componente social evidencia que el trabajo articulado y con enfoque integral ha tocado vidas, incluso, según testimonios, a salvar vidas de mujeres y niñas que estaban o están sufriendo violencia.

Una de esas estrategias fue la de sensibilización y capacitación sobre igualdad y derechos de las mujeres, derechos humanos, aspectos legales y rutas de atención institucional, que dotó de conocimiento y capacidades a mujeres y organizaciones de base para reconocer las violencias en sus vidas, identificar casos, actuar con prontitud, facilitar el acceso a las rutas de atención y hacer observación y acompañamiento desde sociedad civil.

Doña Dora es una de las mujeres sobrevivientes de violencia que luego de más de 20 años de vulneraciones por parte de su pareja, miembro de la Policía, logró salir con vida y ayudar a otras mujeres.

El conocer los derechos de las mujeres, el marco normativo, la ruta institucional y hacer parte de una red de organizaciones sociales articuladas en el marco del PREVI le ha permitido ayudarse a sí misma y ayudar a otras mujeres y niñas que sufren el mismo flagelo.

Una camiseta con mensajes alusivos al programa es un recurso que ella usa para hacer que las instituciones actúen con prontitud y atiendan a las mujeres a las cuales acompaña. Doña Dorita se ha convertido en un punto de referencia en su comunidad a quien acuden en busca de información o ayuda en situaciones de emergencia.

Redes departamentales y auditoría social

Mujeres como doña Dorita ya no actúan solas en la defensa de los derechos de las mujeres. En el marco del PREVI, uno de los resultados más visibles es el fortalecimiento de capacidades para que las organizaciones de los tres departamentos establecieran estrategias conjuntas y se consolidaran en redes departamentales por los derechos humanos que unen esfuerzos, saberes y acciones por una vida libre de violencias para niñas y mujeres, mujeres indígenas y población LGTBIQ+, con énfasis en mujeres trans.

Como resultado de un diplomado, las organizaciones de las redes realizaron tres ejercicios de auditoría social a instituciones garantes de derechos de las mujeres, con acompañamiento de expertos/as en investigación, lo cual les permitió poner en práctica lo aprendido, conocer cómo están funcionando algunas institucionales y los retos y desafíos en la aplicación de la ley de acceso a la información.

Mujeres trans y colectivos LGTBIQ+ en el PREVI

Uno de los impactos positivos no previstos en el marco del Programa PREVI fue la incorporación de organizaciones defensoras de los derechos de colectivos de la diversidad sexual, especialmente de las mujeres trans, quienes son víctimas de discriminación y violencia exacerbada por razones de género y que muchas veces desemboca en desapariciones y asesinatos.  

CALDH hizo un importante esfuerzo por articular a organizaciones que promueven derechos de este colectivo, vinculando a mujeres trans incluso como parte del equipo de trabajo. A pesar del temor inicial de que esta inclusión fuera motivo de rechazo o discriminación, esta participación fue valorada como muy positiva y su contribución al proceso, abiertamente reconocida por las mujeres de las distintas organizaciones comunitarias y departamentales.

La organización CREAR y varias de sus integrantes, mujeres trans, hicieron parte de procesos de sanación, formación e incluso participaron en investigación y auditoria social, incursionando en escenarios e instituciones con las que nunca habían interactuado y contribuyendo a romper estereotipos.

“Me hicieron sentir muy cómoda, valorada y respetada como mujer en todo momento, me ayudaron a sanar muchas cosas que guardaba en mi corazón y eso fue muy importante para mí y para otras compañeras del colectivo”, Antonella.

Sanación desde la cosmovisión maya

El daño emocional y los traumas generados en niñas y mujeres producto de la violencia, en especial la violencia sexual, dejan huellas muy profundas que afectan la vida de las sobrevivientes. Por tanto, el acompañamiento psicológico y sanación desde la cosmovisión maya es uno de los recursos que usó el PREVI para romper los ciclos de violencia y recuperar proyectos de vida desde el respeto y puesta en valor de la diversidad cultural presente en el territorio, por la presencia de pueblos indígenas y de poblaciones migrantes de todo el país.

Organizaciones como Mujeres Maya Kaqlá (con quienes hemos trabajado en otras iniciativas) y otras terapeutas sociales fueron las encargadas de la sanación con mujeres sobrevivientes, jóvenes e incluso con hombres que buscan generar transformaciones. Además, durante más de un año formaron a un grupo de mujeres del territorio para dejar capacidad instalada y que sean ellas las que continúen con este trabajo, más allá del proyecto.

Arte para la sanación y la educación

El teatro y la pintura mural fueron recursos usados por el componente social del PREVI en alianza con otros actores como los grupos de teatro Las Poderosas y Las Siemprevivas, conformados por mujeres sobrevivientes de violencia, y por artistas indígenas con amplia experiencia en muralismo y trabajo comunitario.

El PREVI, a través de FS, CALDH y Care, llevó obras teatrales autobiográficas y feministas a territorios que nunca habían tenido acceso a este tipo de expresiones, en especial en zonas rurales marginadas; dinamizaron espacios reflexión y creación artística con obras que representan sus experiencias, sensibilizan, educan y dan esperanza, y en las cuales participan niñas, adolescentes e incluso adultas mayores. La apropiación de estos incipientes grupos teatrales es muy alta, en especial por parte de las niñas y las adolescentes, quieren motivan a las mujeres mayores a seguir ensayando y hacer más presentaciones, promoviendo nuevos liderazgos.

En cuanto a los murales participativos, estos fueron realizados especialmente en territorios muy alejados y vulnerables: aldeas en medio de grandes cultivos de caña y que viven en situación de pobreza y alta degradación ambiental. De la mano de un colectivo de artistas indígenas, se realizaron talleres sobre derechos de las mujeres y derechos sexuales y reproductivos y, posteriormente, diseñaron y pintaron las paredes de un sitio emblemático de su comunidad, resaltando a sus lideresas, sus organizaciones y mensajes de no violencia.

Fortaleciendo institucionalidad desde sociedad civil

Una de las acciones que cabe destacar es el esfuerzo por coordinar, hacer incidencia y desarrollar acciones de fortalecimiento con actores de la institucionalidad local y nacional, la academia y otros actores de cooperación desde las organizaciones de sociedad civil.

Destacamos el trabajo de sensibilización y alianzas promovido por Fundación Sobrevivientes y el ICCPG, a través de capacitaciones, diplomados, foros públicos campañas comunicacionales y de cambio de comportamiento en temas prioritarios del proyecto y apoyo técnico para mejorar de servicios, dirigido a equipos técnicos de instituciones locales, autoridades municipalidades y sector justicia.

Una de las experiencias a destacar (en curso) es el Desafío de Innovación, promovido por FS, para atraer la participación de jóvenes en la construcción de propuestas que unan la creatividad y las TICs a favor de los derechos de la niñez. A esta iniciativa se han sumado como socios estratégicos organizaciones como UNICEF y la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, la cual incorporará este eje de trabajo en su estrategia con miras a darle sostenibilidad y con asignación presupuestal.

Empoderamiento económico de las mujeres… desafío en curso

A pesar de la limitación en el tiempo de implementación del eje de empoderamiento económico, el PREVI a través de Care y FS avanza de forma significativa en sentar bases en el acceso a derechos económicos de las mujeres como un pilar fundamental para una vida libre de violencias.

Care es la contraparte que más ha concentrado su actuar en lograr autonomía económica y la estrategia general de prevenir y romper los ciclos de violencia y apoyar a las sobrevivientes en la reconstrucción de sus proyectos de vida, entendiendo que esta autonomía y empoderamiento van de la mano de otros procesos simultáneos, incluso previos, de sanación y acceso a la justicia, desde un abordaje integral, con enfoque de derechos, género y pertinencia cultural.

Esta línea de trabajo aún se encuentra en pleno desarrollo. Hasta la fecha, las organizaciones socias han cumplido con la ejecución de más del 70% de las actividades de formación para el emprendimiento; se han identificado y redescubierto aptitudes y habilidades laborales, que en muchas ocasiones se han abandonado como resultado de las violencias sufridas; se identificaron y consolidaron proyectos de negocio con acompañamiento de expertos y expertas de cada sector y en algunas organizaciones ya se ha avanzado con la entrega de una inversión inicial, equipamientos y suministros para poner en marcha sus emprendimientos.

En el caso de Care y FS, de forma paralela, vienen sistematizando la experiencia para contar con elementos de análisis sobre el desarrollo de estas iniciativas, los cambios que generan de forma temprana y la proyección que pueden tener no solo en la autonomía y empoderamiento económico, sino como proyectos integrales para una vida libre de violencias. 

Uno de los desafíos es el corto tiempo para la puesta en marcha y acompañamiento a los proyectos productivos, cuyo despliegue coincide con el cierre del PREVI. Esto supone, por un lado, una sobrecarga tanto a los equipos de trabajo como a las mujeres que siguen participando en los procesos formativos y de sanación, mientras ponen en marcha sus emprendimientos en los plazos del programa; y por otro lado, está la imposibilidad de observar y medir el impacto que tendrán dichos emprendimientos en la mejora de los ingresos y si esto se refleja en que las mujeres accedan a una vida libre de violencias.

En este sentido, tanto FS como Care han expresado voluntad e interés en buscar alianzas y gestionar apoyos nacionales y de la cooperación para seguir trabajando en estos territorios, dar continuidad a las acciones y procesos iniciados y establecidos por la Cooperación Española y la Unión Europea, por su alto potencial transformador e impacto sostenible en la vida de las mujeres.